sábado, 17 de octubre de 2015

Y llegó la Histerosalpingografía

Hola Hola,


Llegó el momento que había tratado de atrasar, ese momento que me asustaba muchísimo, la prueba de nombre impronunciable: HISTEROSALPINGOGRAFÍA


Me aterrorizaba por dos motivos:


1. El dolor que sentiría
2. El resultado del diagnóstico


Iba con muchísimos nervios, confieso que me daba un miedo tremendo someterme a esta prueba.


Me la hice en una clínica privada.
Una vez llegué rellené el consentimiento y al poco me llamaron.
Me preguntaron si estaba nerviosa (creo que se notaba bastante). Eran dos chicas muy simpáticas que en todo momento fueron muy amables conmigo, lo cual en esos momentos se agradece muchísimo.


Me pusieron una batita de estas de última moda (vamos... las que te dejan todo el culete al aire), y a continuación me cogieron una vía.
Me tocó una chica joven que no me cogía la vía ni a tres tiros, después de pincharme y repincharme tuvo que venir una compañera que solventar la carnicería.
 Una vez empezada la prueba, con el contraste dentro, te piden que te gires hacia un lado y después hacia el otro. No voy a mentir, pasé unos minutos de dolor intenso, como un dolor fuerte de regla, pero fue poco tiempo y soportable.


Una vez acabada la prueba, me dejaron allí tumbada como 20 o 30 minutos, y a cada rato me preguntaban si me encontraba bien o estaba mareada (yo estaba perfectamente).


Antes de la prueba, tuve que ponerme un enema en casa. Y tomé antibióticos durante siete días para prevenir infecciones.


Tras la prueba estuve sangrando, poco y solo duró un día.


Cuando me dieron el resultado, respiré. Respiré porque era un resultado estupendo y porque había dado un paso más en la búsqueda de mi bebé: AMBAS TROMPAS PERMEABLES


Bailé interiormente mientras lo leía una y otra vez, estaba feliz.



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